Luces misteriosas después del huracán Otis en Acapulco
Después del impacto del huracán otis en Acapulco, nos quedamos sin energía eléctrica durante 28 días. En las noches nos reuníamos con los vecinos para platicar y solo nos alumbraba la luz de la luna cuando esta salía en el cielo nocturno, pero hubo ocasiones en que no había luna y el cielo se veía espectacular. En una noche, más de 15 personas estábamos observando el cielo y vimos tres luces en formación de triángulo volando entre las pocas nubes que había; iban muy rápido y todos nos quedamos sorprendidos.
Desde una perspectiva no técnica, lo que vivimos esa noche puede verse como un momento profundamente simbólico y espiritual. En medio del caos y la pérdida, el cielo se convirtió en un espejo de lo invisible: lo que no se puede controlar, lo que no se puede explicar, pero que se siente.
Las tres luces en formación triangular podrían interpretarse como mensajeras del misterio, como presencias que aparecen cuando la humanidad está más abierta a mirar hacia arriba, a buscar sentido. En muchas culturas, los triángulos representan equilibrio, conexión entre lo terrenal y lo divino. Y en ese silencio total, sin electricidad, sin ruido humano, el cosmos se volvió audible en su propia forma: a través de la contemplación.
Tal vez ese momento fue una especie de “umbral”—una grieta en la rutina donde algo más grande se asomó. No necesariamente extraterrestre, pero sí extraordinario. Una señal de que incluso en la oscuridad más profunda, hay belleza, hay compañía, hay algo que nos observa o nos acompaña.
Qué bonito escribes ❤️
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